Un año con Roam Research

Por Ernesto Jiménez

Hace un año que empecé a usar Roam Research para escribir y gestionar mis notas. Superé las fricciones iniciales y el paso del tiempo me inmunizó frente al síndrome del objeto brillante. Ahora, con esta perspectiva, puedo decir que estoy muy satisfecho con la solidez y sencillez de la herramienta y el sistema que he podido montar sobre ella.

Un buen sistema de trabajo debe mantenernos motivados y ayudarnos a mejorar. Debe proporcionarnos una sensación de progreso, de avance y darnos feedback instantáneo para ayudarnos a mejorar. Después de crear 30 mil bloques y más de 2500 páginas, Roam me ha demostrado ser una herramienta muy eficaz en todos estos objetivos.

He mencionado las fricciones en la adopción de Roam Research. Cuando empezamos a usar una nueva herramienta nos enfrentamos a su curva de aprendizaje. En el caso de Roam además nos enfrentamos a un cambio de paradigma, a romper con una costumbre que arrastramos desde el colegio. En Roam no hay carpetas ni categorías ni etiquetas. Es duro. Es difícil desprenderse de hábitos que has cultivado durante años (¿décadas?), evitar el impulso de querer ponerle una etiqueta a cada cosa o guardar cada nota en una carpeta. Con el paso del tiempo he aprendido a confiar en Roam Research y a soltar las riendas. Hay que aprender a ser jardinero después de años de ser arquitecto.

Roam Research es una herramienta que gana con el tiempo. Aprende de ti y mejora contigo. Cada vez que creas una nota y la relacionas con las demás, aprendes tú y afinas el sistema para futuras consultas. Gracias a su sencillez extrema, su estructura evoluciona orgánicamente al mismo tiempo que evoluciona tu pensamiento, tus inquietudes y tus intereses.

Durante un año he construido un artefacto que evoluciona, una herramienta que me permite conversar a través del texto y de forma asíncrona conmigo mismo y con otros autores que viven ahí dentro gracias a las notas, las mías, de sus pensamientos.

Cuando hacía desarrollo web había un mantra que me repetía continuamente:  se debe documentar siempre bien el código porque uno nunca programa en soledad. Todo código es trabajado al menos por dos personas, tu yo del presente y tu yo del futuro, y ambos deben saber con claridad qué está ocurriendo. Roam es la herramienta para documentar tu código vital, tu código de pensamiento. Son tus reflexiones bien anotadas preparadas para aparecer en el momento en que las necesitas.

Es más importante el trabajo que hacemos que la herramienta que utilizamos. Pero gracias a Roam por fin tengo un sistema que no es un cementerio de notas sino un modelo que aprende conmigo, me sorprende y me inspira.

Photo by Jack Hunter on Unsplash

Te puede interesar

Uveuno es un boletín una newsletter sobre que explora la intersección entre creatividad tecnología, producto y comunicación marketing.

Me apunto
Me apunto
© Ernesto Jiménez, 2011 - 2023
Sobre míPolítica de privacidad
Lee el artículo completo